viernes, 18 de marzo de 2016

¡Nos preparamos con ejercicio para el fin de semana!

Sabemos que la actividad física junto con otros factores como la alimentación, la educación o la actividad intelectual, influyen positivamente en la reserva cognitiva por ello, tenemos que tener claro que EL EJERCICIO ACTIVA NUESTRAS NEURONAS.

El movimiento coordinado de todas las partes del cuerpo y la alineación corporal adecuada favorecen el funcionamiento correcto de los diferentes sistemas del organismo, encargados del mantenimiento de las funciones vitales, en especial el sistema nervioso, que es el encargado, entre otras cosas, de crear procesos necesarios para producir el movimiento.
Por tanto, podemos decir que a la vez que realizamos ejercicio físico estamos estimulando y trabajando toda nuestra red neuronal,

El ejercicio físico practicado de forma moderada, continua y adaptado al deterioro motriz de cada usuario/a, influye beneficiosamente en la mecánica corporal. Un ejercicio físico programado mejora el tono y la fuerza muscular, mantiene la movilidad de las articulaciones y puede influir también en el funcionalismo de los diversos órganos debido a que:
- Mejora la circulación sanguínea.
- Aumenta el tono muscular (es muy frecuente en las personas con alguna enfermedad neurológica).
- Actúa sobre el metabolismo.

Es muy importante que el ejercicio se realice sin que al paciente le suponga un esfuerzo extraordinario, ya que la persona con demencia conlleva normalmente un gasto energético más elevado de lo normal.